viernes, 12 de julio de 2013

La desfachatez del "innombrable" Luis Bárcenas


- Cuando se tiene dinero en Suiza, oculto al fisco español, como usted sabe, señoría, hay que ser prudente y no utilizar aquí cajeros que te delaten.

- Yo no lo sé, lo que usted me diga, le contestó el juez Ruz a un Bárcenas cuyo tono y manera de explicarse ante él hacían pensar que el extesorero pepero creía estar en una tertulia con amiguetes en lugar de sentado ante la justicia para declarar por presuntas acciones delictivas de un calado escandaloso.

El soniquete y el estilo de Luis Bárcenas en su declaración judicial me sonaban familiares. ¿A quién había oído yo explicarse con similar descaro y desenvoltura? ¿cúando? ¿dónde? Hasta que caí en la cuenta: el tono era idéntico al de Mario Conde hace casi veinte años en el Congreso durante una histórica comparecencia parlamentaria en la que se labró su ruina. Allí Conde llegó a sacarle la lengua a la parlamentaria socialista Mercedes Aroz, que le pedía explicaciones al exbanquero por algunas de sus confusas actuaciones al frente de Banesto, y ese fue el principio de su definitiva caída a los infiernos. 

Yo no sé si Bárcenas llegó a sacarle la lengua a Pablo Ruz el pasado 27 de junio, pero los suspiros del juez en las grabaciones que he escuchado en la cadena Ser hacen pensar que su señoría debía estar contando hasta cien para evitar que se le escapara la más mínima apostilla ante las provocaciones del "declarante". Aquella misma noche Bárcenas durmió ya en Soto del Real.

Según cuentan Bárcenas, el "innombrable", regala pantalones y puros a sus compañeros de presidio y reparte allí amplias sonrisas y generosas promesas de futuro. Tampoco esta manera de proceder es original: en enero del 99 Jesús Gil entró en la cárcel de Alhaurín repartiendo rolex a los funcionarios antes de pedirles que estuvieran al tanto y se ocuparan de él cuando le diera un "yuyu". Yuyu que Gil tenía perfectamente programado y que le resultaría sencillo provocar; le basó sólo con dejar de tomar la medicación que tenía prescrita. Así eludió la cárcel el entonces alcalde de Marbella y así consiguió que lo ingresaran en el hospital.

¿Conde + Gil = Bárcenas? De Conde y de Gil llegó a decirse que era dos outsiders, dos personajes preocupantes para el sistema. Conde llegó incluso a escribir un libro que tituló así,  "El sistema", en el que exponía su particular punto de vista sobre el funcionamiento de una maquinaria que no le dejaba hacer las cosas como él -tan listo y tan guapo- creía que había que hacerlas. Gil llegó a la alcaldía cuando en Marbella estaban hartos ya de la inoperatividad de los políticos de siempre.

Bárcenas, en cambio, ha permanecido dos largas décadas en el corazón mismo del sistema como rresponsable de finanzas del  partido político que actualmente nos gobierna. Como él mismo se ha encargado de remarcar ante el juez, "se lo sabe todo" sobre decenas de cargos institucionales de su partido, personas relevantes tanto cuando estaban en el poder como en la oposición y para quienes, hasta hace pocos días, el "innombrable" era una persona honorable (de la que, Rajoy dixit, "no se podría demostrar que no era inocente") pero ahora es ya un delincuente al que todos los partidos políticos del arco parlamentario, excepto el pp, según Alfonso Alonso, "le siguen el juego".

Confieso que me ha escandalizado escuchar a Bárcenas expresarse con tanta desfachatez ante el juez Ruz. Su manera de admitir las cuentas en Suiza, de contar sus viajes, de dejar claro que no le gusta que el dinero esté ocioso o sus explicaciones sobre cómo ganaba dinero en bolsa con los "chicharros", su modo de apelar al secreto bancario suizo para evitar dar nombres que conoce "hasta que lo pida la justicia"... ¡un horror!

¿Y éste era el hombre que manejaba las finanzas del partido de Aznar, Rajoy, Cascos, Arenas, Cospedal...? Al margen de que los untara con sobres o no, ¿es posible que hayamos estado y estemos en manos de gente así?

Lo dicho: Mario Conde y Jesús Gil, al lado de este figura, unos "pringaos".

J.T.








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