Entre las distintas suertes que he podido disfrutar a lo largo de mis treinta y cuatro años de oficio periodístico, una de ellas ha sido sin duda haber llegado a tener a Iñaki Gabilondo como compañero de trabajo. Me habría gustado que hubiera ocurrido mucho antes, pero al menos ocurrió: fue cuando nació Cuatro Televisión.
Durante sus muchos años de radio fue Iñaki uno de mis referentes, un imprescindible alimento profesional. Antes aún, cuando yo estudiaba Periodismo en Bellaterra, recuerdo el día en que decidí no dejar nunca de seguirle los pasos: era él entonces director de Radio Sevilla y vino a Barcelona para intervenir en unas jornadas sobre Comunicación. Aquel día llené mi cuaderno de reflexiones suyas, de frases que me aprendí y repetí durante años como un papagayo.
El trasiego de este oficio nos llevó a convertirnos en compañeros hace ahora poco más de cinco años y esto me pareció desde el primer momento un privilegio del que pienso continuar presumiendo todo el tiempo que pueda.
Estos días, con el inminente cierre de CNN+, Gabilondo y todos los que trabajamos junto a él no estamos pasando precisamente por nuestros mejores momentos. "Tengo la sensación de que termina mi vida profesional" -declaró anoche Iñaki.
- No, Iñaki, no. Permíteme que te diga, querido jefe, que no me creo que quieras tirar la toalla.
Lo que tú haces y representas tiene que estar por encima de las edades y las coyunturas. Yo me creí este oficio en el que milito a pesar de los inherentes sinsabores y contratiempos porque vi que en él había personas como tú.
Es verdad. Todo tiene un principio y un final. Pero no sé si como espectador, como compañero de trabajo o sencillamente como profesional del periodismo, te tengo que decir, querido Iñaki:
- No, amigo, no. No nos podemos quedar a la vez sin CNN+ y sin ti.
J.T.
Una gran pérdida no poder refugiarnos cada noche en CNN+. Perder también la lucidez de Iñaki sería también demasiado.
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