Les cabreó mucho ver a Franco salir de su guarida y quizás por eso están ahora saliendo en tromba de sus sarcófagos. Dejaron su franquismo en el armario hasta que han entendido que es el momento propicio para volverlo a sacar a pasear. Y en eso andan.
Abascal les mola y Ayuso también. Los viejos franquistas que en la transición pasaron por demócratas y que aún siguen vivos, los octogenarios herederos de tanta prebenda como la dictadura otorgó a sus familias, reparten estos días titulares en los que se cuestiona que en 1936 tuviera lugar un golpe de Estado y atribuyen “directamente” (sic) la responsabilidad de la guerra civil al gobierno de la República.
No fue la única burrada que Ignacio Camuñas soltó el lunes 19 de julio en Ávila, sentado a metro y medio de un Pablo Casado que parecía encantado con lo que estaba escuchando. Hubo otro momento de su intervención muy grave también, y que ha pasado casi desapercibido. Fue cuando dijo que “hay que llevar al Congreso a las fuerzas nacionales que tienen una implantación nacional en nuestro país y dejar a las fuerzas regionales en los parlamentos regionales y en las corporaciones locales”. Es decir, fuera los partidos nacionalistas de la Carrera de San Jerónimo. Con un par. Aunque el los llamó “fuerzas regionales” por si quedaba alguna duda sobre su hostilidad con el Estado de las Autonomías.
Me ha extrañado que esta sugerencia pasara casi sin pena ni gloria, sobre todo porque quien fuera ministro de la UCD en tiempos de Adolfo Suárez remató su homilía golpista interpelando directamente al líder del PP:
- “Esto, Pablo (echar a los partidos nacionalistas del Parlamento), se puede hacer muy fácil. Añadiendo solo un parrafito en la Ley de Régimen Electoral, creo que es el artículo 5 ó 6, luego te lo digo.”
Tras consultar la ley, quien esto firma ha podido comprobar que, en efecto, Camuñas se refiere al artículo 6, cuyo apartado primero dice así:
“Son elegibles los españoles mayores de edad que, poseyendo la cualidad de elector, no se encuentren incursos en alguna de las siguientes causas de inelegibilidad."
Y a continuación se especifican once “causas”, entre las que figuran Familia Real, presidente del Constitucional, del Supremo o ser titular de la Fiscalía General del Estado entre otras. Imagino que la propuesta de Camuñas es que en lugar de once causas de ineligibilidad haya doce y que esta última sea incluir a todo miembro de cualquier partido nacionalista (él lo llamaría regional).
Pues en esas estamos. Cada día que pasa los ultras suben un peldaño más, pasito a pasito, y consiguen que apenas se le otorgue importancia a lo que son verdaderas monstruosidades que amenazan la convivencia y el futuro democrático de nuestro país. Horadar la democracia desde la democracia ¡Qué asunto más viejo, y al parecer tan eficaz!
Lo espantoso es que estos mensajes que predican la vuelta al pasado no son ya cosa de viejos nostálgicos solamente, sino que parecen poseer un cierto atractivo para miembros de las generaciones más jóvenes que, por culpa de una educación donde nunca se llega a estudiar esta parte de nuestra historia porque está al final del libro o porque a los docentes sencillamente no les da la gana, desconocen por completo tanto nuestro pasado reciente como las dolorosas y sangrientas consecuencias de los enfrentamientos ideológicos cuando estos acaban yendo más allá de las palabras.
Octogenarios resabiados y jóvenes iletrados. Esa es la pinza en la que nos movemos en estos momentos, con el Psoe en Babia, las televisiones públicas fuera de onda y la mayor parte de los medios de comunicación privados alineados con los nostálgicos y repicando sus argumentos. ¿
Espabilamos un poquito, queridos amigos y amigas, o dejamos que nos coman la tostada entera?
J.T.
Publicado en La Última Hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario