sábado, 3 de abril de 2021

"Lawfare" a la española

Querido luchador contra el bipartidismo y contra la corrupción de la derecha en este país llamado España: si hace veinte años se te ocurrió pagar en negro cualquier chapuza en tu casa (un fontanero, un enchufe, una mano de pintura en el salón…), si incurriste en algún desliz de este tipo y por un momento se te ha pasado por la cabeza dedicarte ahora a la política, ándate con cuidado y piénsatelo bien.

De lo contrario, da igual que no te hayas saltado un semáforo nunca en tu vida, que todas tus declaraciones de la renta estén en regla, que tengas acreditado un comportamiento ejemplar como ciudadano… Si se te ocurre fichar por un partido que no sea de derechas, date por jodido, amigo. No te digo ya si se te ocurre despuntar un poco. Mentirán, te harán la vida imposible, buscarán trapos sucios hablando con tus vecinos, tus compañeros de instituto, tus antiguas parejas, los bares donde desayunas… y si no encuentran nada se lo inventarán. Pondrán a prueba cada día tu firmeza para continuar en el compromiso democrático haciendo todo lo posible por que te arrepientas de haberte propuesto trabajar para desenmascarar a los corruptos que durante lustros han estado robando a manos llenas en este país.

Insensato, pero ¿por qué no te quedas en casa y dejas que hagan la política los de siempre, los que están acostumbrados a mangonear a su antojo sin que intrusos como tú irrumpan en el escenario para tocarles las narices? Si se te ocurre denunciar injusticias, o pelear para mejorar la vida de los más desfavorecidos, te pondrán en el foco e irán a por ti hasta hacerte la vida imposible. Siempre habrá además un juez dispuesto a que te arrepientas de tu osadía. Te empurará a la mayor nimiedad y, como quien no quiere la cosa, le pasará información a cualquier periodista vendido de los muchos que hay en el mercado desde que parece que no existe otra manera de comer caliente que ofrecerse al mejor postor y prostituir así la razón última por la que existe el oficio de informar.

O lo que es peor: lo planearán juntos jueces, periodistas y políticos, hábito al parecer tan extendido por el mundo que ya cuenta con nombre y todo: lawfare, que significa “guerra jurídica”. El término se acuñó para referirse al ataque contra oponentes políticos utilizando indebidamente los procedimientos legales, otorgándoles así apariencia de legalidad.

Apenas se lo propongan, las pesquisas judiciales no tardarán en contar con el correspondiente vuelo en las primeras páginas de los medios conjurados, y a continuación las tertulias de radio y televisión recogerán el testigo… La máquina del fango no parará hasta conseguir que en los bares se te ponga a parir porque hay que ver la poca vergüenza que tuviste aquella vez que vino una persona a ayudarte en casa y no la diste de alta. Es mentira, pero da igual, porque te costará meses, si no años, demostrarlo, y mientras tanto el bulo continuará circulando y acaparando titulares hasta conseguir que sea apertura de informativos de radio y tele. Y hasta puede que algún niñato fascista te acose, te insulte y acabe haciendo pintadas o colocando artefactos explosivos a las puertas de la sede de la agrupación a la que perteneces.

¿A quién se le ocurre dedicarse a la política para cambiarla, hombre? ¿a quién se le ocurre creerse más listo que nadie? ¿Tú, interesado en mejorar la vida de la gente, pero quién te has creído que eres? Si tienes coche, duermes caliente y comes tres veces al día, ¡anda ya! ¿Tú preocupado por los demás? Tú lo que eres, es un antisistema que quieres cargarte la monarquía, el régimen del 78, en resumen un peligro público, un rojo peligroso, ¡viva Franco!

¿Acaso no te acuerdas de cuando pagaste en negro a aquel fontanero en el verano del 85? Tú sí que eres un delincuente y un corrupto, ¿cómo te atreves a darnos lecciones? ¿quieres cambiar el mundo y no cumples con tus obligaciones? ¿peleas contra el sistema y eres el primero que haces las mismas cosas que denuncias? ¿cómo es que tienes tanta cara, cómo te atreves a dar lecciones a los honrados ladrones de siempre? No nos vengas aquí ahora a querernos descubrir América, muchacho.

Déjate comprar y verás qué bien te van las cosas, continuarán insistiéndote. Y te advertirán de que, en caso contrario, acabarás como tantos profetas de tres al cuarto que han querido salvar el mundo y no han sido capaces de salvarse ni ellos. Vale, sí, está el caso de Lula en Brasil, admitirán, pero a ver, ¿quién le devuelve ahora los años de cárcel? Y por otra parte, ¿quién te asegura a ti que vas a tener tanta suerte como él?

Así que piénsatelo dos veces antes de meterte en política. De lo contrario, cuando te empiecen a llover palos procedentes de los cuatro puntos cardinales, no digas que no estabas avisado.

J.T.

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