lunes, 6 de agosto de 2012

Apuntes de periodismo, 15. La transparencia informativa en la era de internet


He visto a Félix Monteira, a Javier Valenzuela, Óscar Lobato o Eduardo Sotillos convertidos de la noche a la mañana en celosos guardianes de la confidencialidad de sus señoritos (presidentes de gobierno, subdelegados del gobierno...), "entorpeciendo" -dicho sea con el mayor cariño- el trabajo de quienes nos dedicábamos a hacer lo mismo que ellos habían hecho durante toda su vida profesional hasta el día en que optaron por pasarse "al otro lado del mostrador". A lo largo de mi vida profesional he visto actuar así no sólo a estos cuatro compañeros, sino a muchísimos más como es natural.

Cuando un jefe de prensa de un cargo político, empresarial o institucional pone trabas al trabajo de los profesionales de la información, se suele decir que "está haciendo bien su trabajo". Yo no estoy de acuerdo. Sostengo que la transparencia es "la madre de la ciencia" en esto de la comunicación. Y más a estas alturas de la película, con internet "hirviendo" las 24 horas del día.

Observo el resultado del trabajo del equipo de Obama y cada vez lo tengo más claro: en la era de internet, lo mismo que no se le pueden poner puertas al campo, los jefes de prensa no se pueden andar con secretismos infantilistas ni con sonrisas pícaras mientras obstruyen el acceso a datos cuya importancia en muchos casos es nimia o escasa. No soy tan insensato como para ignorar que hay niveles. Pero el exceso de celo no puede llevar a ningún asesor a impedir que se conozcan lo mejor posible las actividades, las ideas y hasta las "anécdotas " de sus respectivos señoritos. Su cotidianeidad. En la Casa Blanca lo tienen muy claro desde hace bastante tiempo.

Un asesor de prensa no es un perro guardián. Su trabajo es administrar la información, sí, pero sin olvidar las reglas del juego. Y las reglas del juego son, entre otras muchas, que los periodistas deben contar con las mayores facilidades posibles para hacer su trabajo... a cambio de nada. Ahí está el quid. 

La tentación de cualquier "personaje público", ya sea un político, un financiero o un presidente de club de fútbol, es intentar impedir por todos los medios que salgan a la luz asuntos que no les conviene, o simplemente no les apetece que se conozcan. Un buen asesor tiene que hacerles entender, con carácter prioritario, que las reglas del juego son las que son y que las consecuencias de que las cosas sean así es posible que en muchas ocasiones no les gusten. Se trata pues de ayudarles a asumir que hay que afrontar esta circunstancia con la mayor elegancia y naturalidad posibles, porque a la larga se sale ganando.

Claro que la culpa de que muchos casos esto no funcione como sería aconsejable no es de los asesorados. Existe un cierto tipo de prensa, cada vez más numeroso, que se dedica a hacer la ola a los personajes públicos, que han ido cediendo espacios propios de la información al halago incondicional y a la noticia  sesgada. Y claro, son muchos los casos en que la sumisión del periodista, a base de practicarla, se ha consolidado tanto ante quienes tienen el poder que estos tienden a pensar que todo el monte es orégano y que los periodistas están para comerles en la mano. Esto es terrible. Se trata de una gran amenaza para el oficio periodístico, para la supervivencia de los medios de comunicación y para el derecho de los ciudadanos a estar informados lo mejor posible.

Es imprescindible que los periodistas, se encuentren en uno u otro lado del mostrador, tengan esto bien claro: Un asesorado es alguien que se supone que necesita al asesor para que éste le diga lo que le conviene escuchar, no lo que quiere oir. Que tiene al asesor para que le diga claramente que no cuando tiene que decirle claramente que no. Aún a riesgo de jugarse soportar las malas pulgas del asesorado, o incluso su puesto de trabajo. La transparencia, a mi juicio, no solo no es mala sino que aporta valor añadido a los personajes que apuestan por ella y a los equipos de comunicación que consiguen convencerlos de sus ventajas.

J.T.

2 comentarios:

  1. [...] "los jefes de prensa no se pueden andar con secretismos infantilistas ni con sonrisas pícaras mientras obstruyen el acceso a datos cuya importancia en muchos casos es nimia o escasa" (Las Carga el Diablo).
    Pues eso: leo en El País que amenazan con nuevo recorte salarial (ya, impuesto por recorte gobierno central). Pero sólo me servirá cuando a vosotros os prmitan acceder y divulgar que YA SE HA RECORTADO EN FUNCIONAMIENTO INTERNO TODOS LOS GASTOS SUPERFICIALES E IMPRESCINDIBLES:
    * REPRESENTACIÓN
    * PUBLICIDAD
    * PRESENTACIONES
    * PUBLICACIONES INTERNAS
    * ASESORÍAS EXTERNAS
    * DIETAS
    * PREVENDAS
    * COCHES OFICIALES
    * MÓVILES, VIVIENDAS DE USO PRIVADO Y DEMÁS BIENES SUNTUARIOS...
    * VACACIONES PAGADAS EN CENTROS OFICIALES (léase reservas naturales, paradores, parques, pantanos..., con servicio incluído)
    .../...
    Pues eso.

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  2. Con motivo del rechazo absoluto de UGT a cumplir convenio en Telefónica y seguir recortando el sueldo a los trabajadores enfermos y discapacitados, recurrir a tu representado D.Manuel Pastrana secretario General UGT Andalucia (O ya no lo es) y me pareció hombre con talante y sincero, pero al final se arrugó con Movistar y sus secuaces. ¿Qué consejo le diste o callaste tú también. Soy pacifico excepto con la lengua.
    No se puede decir lo siento sin dar explicaciones.

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