jueves, 28 de julio de 2011

Segunda década del siglo veintiuno en España: el momento de los treintañeros



Se defienden como gato panza arriba.

La media del personal que detenta el poder en este país está en torno a los sesenta años.

Pero se resisten a pasar el testigo.

Queridos carrozas todos, de plateadas sienes y cabello escaso:

¿No os parece que ha llegado el momento de dar un paso atrás y que sean los treintañeros quienes gestionen la que se nos viene encima? ¿Os acordáis? Empiezan a estar las cosas como hace casi cuarenta años, cuando las fábricas y las universidades del posfranquismo hervían de gente con ganas de comerse el mundo: éramos nosotros.

Décadas más tarde, en otro siglo ya, la que se nos viene encima ahora exige carne joven con la cabeza amueblada por dentro y tupida por fuera dispuesta a dar la batalla para que la derecha no acabe comiéndosenos crudos.

Los que ahora frisamos la sesentena, y los que nos llevan unos cuantos años de delantera tenemos que ser generosos e inteligentes:

Nuestra experiencia, a su servicio

Pero el timón que lo lleven ellos

Ya va siendo hora

Alcaldes, concejales, diputados, ministros, consejeros, catedráticos, subsecretarios, mandos orgánicos de partidos y organizaciones varias: ¿os acordáis de qué edad teníais cuando empezasteis en esto? Os lo digo yo:

La que ellos tienen ahora: treinta y pocos, cuarenta y menos, algunos veintialgo como mucho...

Es su momento, el momento de los treintañeros de la segunda década del siglo XXI 

Nosotros, los de entonces, hace ya mucho tiempo que no somos los mismos

No temamos ser jarrones chinos. Hay mucho que hacer en la retaguardia

Pero dejémosles que se organicen ya, que gestionen poder para que, así que pasen veinte años, sean ellos los responsables de lo que les ocurra. Tanto a ellos como a sus hijos: nuestros nietos.

J.T.

5 comentarios:

  1. -Pues bien, para que no merezcan esa compasión TUS TREINTAÑALES, ¿no hay que proceder con la máxima precaución en su contacto con la dialéctica?
    -Efectivamente –dijo.
    [...] Porque creo que no habrás dejado de observar que, CUANDO LOS ADOLESCENTES HAN GUSTADO POR PRIMERA VEZ DE LOS ARGUMENTOS, SE SIRVEN DE ELLOS COMO DE UN JUEGO, LOS EMPLEAN SIEMPRE PARA CONTRADECIR […]
    -No te preocupes –dije-: pon cinco. Porque después de esto tendrás que hacerlos bajar de nuevo a la caverna aquella, y HABRÁN DE SER OBLIGADOS A OCUPAR LOS CARGOS ATAÑEDEROS A LA GUERRA Y TODOS CUANTOS SEAN PROPIOS DE JÓVENES, para que tampoco en cuanto a experiencia queden por debajo de los demás. Y habrán de ser también probados en estos cargos PARA VER SI SE VAN A MANTENER FIRMES cuando se intente arrastrarles en todas direcciones o si se moverán algo.
    -¿Y cuánto tiempo fijas para eso? –dijo.
    -QUINCE AÑOS –contesté-. Y una vez HAYAN LLEGADO A CINCUENTENARIOS, A LOS QUE HAYAN SOBREVIVIDO Y DESCOLLADO SIEMPRE Y POR TODOS LOS CONCEPTOS EN LA PRÁCTICA Y EN EL ESTUDIO, […] gobernarán, cada cual en su día, tanto a la ciudad y a los particulares como a sí mismos […]
    (PLATÓN “República”, Libro VII, Instituto de Estudios Políticos en Madrid 1969, vol. III, pp. 1-48)

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  2. Y eso que en la época de Platón llegar a cincuentón debía tener su mérito, habida cuenta que la esperanza de vida media estaba muy por debajo de esa edad :-)

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  3. me encanta!!! ojalá algunos pensarán como tú y lo más importante, actuasen de acuerdo con esa idea... pero ni modo. Atrincherados en los despachos y sillones, mordiendo ...

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  4. Entre la aristocracia, bien agapeada, bien ejercitada gimnásticamente, bien masajeada, bien fornicada, no eran nada raros los octogenarios, parece ser ;-)

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  5. Que buen entrada, ha sido un gusto disfrutar de muchos de tus artículos.

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