domingo, 12 de junio de 2011

Sobre "Los cornetas del apocalipsis"


Mi querido jefe José María Izquierdo ha escrito un libro que, como el buen vino, mejora a medida que transcurren los días desde que llegó a las librerías.

Me encanta "Los cornetas del apocalipsis" por lo que tiene de símbolo, por lo que tiene de voz que clama en el desierto ahora que estos profetas de la hecatombre campan cada vez más a sus anchas por ondas y rotativas varias.

El libro de Izquierdo es premonitorio (falta poco para que estos cornetas nos tengan bajo sus botas sin ninguna misericordia) y a medida que pasan los días, no me cabe ninguna duda, será un libro más imprescindible.

No debemos olvidar quiénes son ni de dónde vienen los que en breve coparán un panorama mediático en el que ya se pavonean sin vergüenza a falta sólo de un pequeño detalle: que llegue pronto el momento en que acaparen todo el poder, algo que nunca tuvieron tan a huevo y no precisamente por sus méritos.

Losantos, Dávila, Moa, Burgos y compañía nos han machacado durante estos tristes y torpes últimos años sin tener aún a sus amigos mandando y mangoneando todo lo que les hubiera gustado. Así que cuando lleguen, entonces sí, comenzará el verdadero apocalipsis. Será el "llanto y rechinar de dientes".

José María Izquierdo

Tengo el libro de mi admirado Izquierdo junto a la cama, en la mesita. Y cada noche, para no caer en la tentación de bajar la guardia, le echo una litúrgica ojeadita.

Luego, por la mañana, escucho y leo las últimas felonías perpetradas por los cornetas, todas ellas diligentemente recensionadas por mi trasnochador jefe, y así puedo encarar el día con la suficiente mala leche como para saber que ni por un solo minuto, y mucho menos ahora, me puedo permitir un mínimo despiste.

J.T.

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