sábado, 28 de febrero de 2015

El momento de la osadía

Son cuatro políticos cuyo nombre, y cuyas caras, apenas nadie conocía a comienzos de 2013. Ninguno de ellos vivió bajo la dictadura ni votó la Constitución, y alguno ni siquiera había nacido cuando el intento de golpe del 23F o el referéndum de la OTAN. La media de edad de estos cuatro “jóvenes, aunque sobradamente preparados” políticos que en poco tiempo han convulsionado el panorama político español es de 35 años. Momentum.

Orencio Osuna, veterano luchador antifranquista, curtido en los cuadros del PSUC durante la década de los setenta, intuyó el 15M de 2011 que lo que allí estaba naciendo no era precisamente una broma y decidió refrescar sus experiencias de décadas atrás de la manera más provechosa posible: dedicándose a entrevistar a los cabezas visibles de aquella prometedora movida, todos ellos treinta años menores que él, y publicándolas en diarios como “Nueva Tribuna” o “Público”. Bordó tres decenas de memorables encuentros periodísticos y todas esas conversaciones quedarán para la historia. Momentum.

Ada, Alberto, David y Pablo fueron cuatro de los muchos entrevistados por Orencio. Cuatro protagonistas indiscutibles de uno de los momentos más interesantes que vive este país desde hace mucho tiempo. Mentes ágiles, cultas y militantes. Jóvenes que en su momento decidieron, dos de ellos desde Catalunya, uno en Málaga y otro en Madrid pedir carta, dar un paso al frente y convertirse en las caras visibles de la denuncia y la lucha por poner en marcha otra manera de hacer las cosas. Momentum.

Si no haces política te la hacen, el miedo tiene que cambiar de bando, las cosas se pueden hacer de otra manera… Con frases como estas como bandera, las gentes a quienes representan Ada, Alberto, David y Pablo (muchos más de los que algunos piensan) llevan ya tiempo pegándole un meneo tan serio a este país que no están dejando títere con cabeza: Convulsión en los partidos, relevos en las grandes empresas y en la banca, abdicación del monarca… El porqué ha ocurrido lo que ha ocurrido se entiende mejor cuando leemos las conversaciones que estos cuatro jóvenes mantuvieron, a lo largo de 2014, con Orencio Osuna. Momentum.

Momentum quiere decir “intensidad de una dinámica social que supera las distintas fases de resistencia, y se encamina hacia un objetivo deseado”. Parece que en esas estamos. Quizás por ello Orencio ha elegido ese título a la hora de convertir en libro cuatro entrevistas que pueden perfectamente quedar para la historia como un auténtico referente. Un libro de consulta que despeja muchas incógnitas, invita a reflexionar y señala caminos por los que sin duda acabará transcurriendo, más pronto que tarde, la política en nuestro país. Momentum.

Hay dos guindas que redondean el carácter didáctico y nutritivo del libro: una es el prólogo que ha escrito Enric Juliana, y otra el epílogo de Juan Carlos Monedero. Un periodista y un intelectual de la generación anterior a los protagonistas, que ayudan a entender tanto lo que piensan los entrevistados como la importancia que tiene que cuatro personas de su envergadura hayan coincidido en el tiempo, se complementen tan bien y sirvan para simbolizar toda una generación que, contra lo que quizás algunos pensaban de ellos (vagos, perroflautas, frikis…) y otros deseaban (que se fueran al extranjero a buscarse la vida) decidieron en su momento no solo quedarse aquí sino poner su tiempo, su esfuerzo y su formación al servicio de la lucha por cambiar las cosas. Momentum.

“ Si de repente existiese en España –le cuenta Pablo Iglesias a Osuna- una nueva fuerza política gobernando o una nueva fuerza de oposición que rompa con el modelo de la gran coalición, si llegamos a una situación equivalente a lo que se está produciendo en Grecia, se abrirán nuevas posibilidades de cambio, no exentas de riesgo y de fracaso: que se produzca un proceso constituyente que cambie las bases políticas de nuestro país”

“Pensamos en una fuerza de mayoría, explica por su parte Ada Colau porque, efectivamente constatamos una mayoría que ya existe, no es algo que nos inventamos, una hipótesis, un deseo o un futuro… Hay una mayoría social que lleva años ya movilizándose por argumentos básicos, frente a la emergencia generada por la crisis, contra la corrupción, por los derechos sociales… gente que estamos ya coincidiendo codo con codo en muchos espacios diferentes…”

“Lo que luchamos juntos en la calle también lo tenemos que luchar juntos en las instituciones”, remarca Alberto Garzón en su entrevista. Y añade: “ no concibiendo las instituciones como un fin, sino partiendo de la consideración según la cual las batallas políticas se disputan no solo en el plano electoral, sino también en el plano cultural e ideológico”.

Y cuando le llega su turno, David Fernández precisa: “Siempre he pensado, como decía Salvador Espriu en La pell de brau, en la incomprensible capacidad que tienen grandes sectores de la sociedad española de disfrutar… de la realidad pluricultural. ¿Cuál es el problema? Lo digo pensando en los profesores que he tenido en la escuela pública catalana, que me enseñaron a conocer a Lorca, Miguel Hernández, Rosalía de Castro o Alberti, pero creo que en el resto del Estado español poca gente sabe quiénes son Viçens Vives o Martí Pol, por ejemplo… todo por la existencia de una élites absolutamente reacias a cualquier tipo de respeto a una realidad plurinacional…”

Algo serio, importante, inédito está ocurriendo en la vida política de nuestro país y Momentum lo retrata a través de las conversaciones de Osuna con el líder de Podemos, la carismática portavoz de la PAH, un joven radical que simboliza el descontento de buena parte de los catalanes de su edad y un malagueño, todavía veinteañero, miembro de una complicada organización como IU donde se le ha encomendado el desafío de intentar salvar los muebles como pueda.

Como dice Monedero, “…a veces uno se pregunta si tiene que resignarse al hecho incontrovertible de esperar a que la biología solvente lo que no es capaz de solventar la inteligencia. La respuesta, parece clara, es NO. No hay que esperar, hay que actuar. Y como escribe Enric Juliana, “la novedad consiste en que, por primera vez en más de treinta años, una rama de la izquierda que parecía condenada a vagar eternamente por las carreteras secundarias, ha retomado la idea y la ilusión de la “mayoría social” y ha captado con cierta clarividencia el espíritu del tiempo. En una palabra, que estamos en uno de esos momentos “momentum-momenti”, que sería imperdonable dejar pasar. Esta vez no. Esta vez el tren no puede pasar de largo y para que eso sea posible, los cuatro entrevistados por Orencio Osuna tienen muchas cosas que decirnos, y que hacer, en los próximos años. Muchas de ellas ya están anunciadas en “Momentum”.

J.T.

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