martes, 31 de diciembre de 2013

Diez cosas que seguiré diciéndole a mis hijas en 2014



1. No deis nunca vuestro brazo a torcer. Tercas no, pero firmes siempre.

2. Luchad hasta la extenuación por aquello en lo que creáis.

3. No deis nunca por perdido algo que os interese si os queda un mínimo de fuerzas para luchar por conseguirlo y estáis firmemente convencidas de que merece la pena.

4. No envidiéis a los anquilosados por muy cómodos que los veáis: quienes se apoltronan tragan más de lo que podéis imaginar. Eso sí, aprenden a disimular.

5. La prudencia es buena, es verdad. Pero la osadía lo es aún más.

6. Hay que mojarse, hay que equivocarse, hay que arriesgarse. De eso trata la vida. Eso es vivir. Lo contrario es empezar a morir en vida.

7. Cuando hayáis luchado, cuando hayáis ganado unas veces y perdido otras pero siempre sin abandonar el buen humor, lo celebraremos. Con lo que tengamos. Sea mucho o poco, pero lo celebraremos.

8. Y si os pilla un bajón y buscáis un hombro, elegid el que queráis pero ya sabéis que el mío siempre os estará esperando: orgulloso de vuestra lucha y si es necesario de vuestro fracaso. Porque para presumir de vuestros éxitos nunca os faltarán advenedizos.

9. Es verdad que a veces parece inevitable aplicar mentalidad práctica y rebajar expectativas. Yo lo he hecho alguna que otra vez. Y de ello me acuso. Ni me siento orgulloso, ni he salido ganando, ni está nada claro que por tragar lo que he tragado haya evitado catástrofe alguna.

10. Vivir es ser un poco quijote. Cuando pierdes hay que reírse. Cuando ganas no hay que creérselo. Los que se toman la vida en serio sobreviven, pero no viven.

J.T.

P.D. Cuatro años después haberlo escrito, este texto me sigue pareciendo ideal para recordar su contenido por estas fechas. 

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