FranÇois Hollande José Antonio Griñán
Coinciden este mes de Abril dos acontecimientos sin aparente ligazón entre sí pero que a medio-corto plazo, y dependiendo de cómo acabe el cuento, pueden determinar el funcionamiento político y económico de nuestro país.
Esos dos acontecimientos son la investidura del próximo presidente de la Junta de Andalucía y las elecciones francesas cuya primera vuelta es el 22 de Abril y que, según parece, pondría en esperanzadora situación para la segunda vuelta que se celebra el 6 de mayo al candidato socialista FranÇois Hollande.
Nada que ver el panorama que teníamos en el horizonte hace tan solo dos semanas con el que tenemos ahí, a tiro de piedra, a menos de un mes.
Hace dos semanas Javier Arenas y Nicolas Sarkozy iban a arropar, por el norte y por el sur, la política errante, suicida, seguidista, vergonzante y tecnocrática que un tal Mariano Rajoy viene practicando desde que, allá por comienzos de enero, pensó que todo el monte era orégano.
Que Andalucía haya dicho que por ahí no quiere pasar, que Francia esté hasta las narices del narcisista Sarkozy que le viene recortando derechos y calidad de vida sin nada a cambio desde hace ya muchos meses, y que, en el flanco nororiental, Catalunya tampoco esté muy por la labor de bailar según qué agua son factores que aíslan a un hierático Mariano que de pronto va a tener que bailar con muchas más feas de las que se temía.
Para empezar, a la "fea" alemana le pueden quedar poco más de tres telediarios. No hay ni una sola elección regional que haya ganado el partido de Merkel en el último año. Los socialdemócratas también se están recomponiendo en Alemania y todo parece estar cada vez más claro: esta huida hacia adelante no parece que vaya a tener final feliz.
Otra política es posible y más vale tenerlo claro más pronto que tarde para espabilar.
Hagamos lo que hagamos mercados internacionales, especuladores desaprensivos y demás peligrosa calaña van a hacer con nosotros lo que les dé la gana.
Moraleja: Hagamos lo que tengamos que hacer y no lo que nos digan que "hay que hacer" y encima vendiéndolo como si fuera idea nuestra que es lo que hace el gobierno Rajoy, cada vez más carente de autonomía.
Andalucía, pueblo sabio donde los haya, ya lo ha entendido. Tengo para mí que franceses, catalanes y alemanes van por ese camino.
El gobierno seguidista y sin atisbo alguno de personalidad propia que encabeza Mariano Rajoy va a quedar en ridículo: ninguna de sus presuntas medidas terapéuticas sanarán a nadie ni frenarán ninguna sangría.
Gestionar como te mandan que gestiones es la manera más eficaz de perder todo crédito, de dilapidar cualquier asomo de autoridad.
Otra política es posible. Y eso es lo que ha entendido Andalucía cuando el 25M decidió cerrarle el paso a la derecha. Cuando dictaminó en las urnas que no estamos dispuestos a creernos cuentos chinos, ni a tenerle miedo a nadie y que sabemos que otros caminos, por complicados que sean, pueden acabar llevándonos a mejores puertos.
¿Catalanes, también?
ResponderEliminar¿Su derecha hiper-nazionalista en el gobierno, también?
Sus copagos, recortes, prestaciones sin cubrir...
¿Seguro?