No estoy de acuerdo con quienes atribuyen a los efluvios de la feria de Málaga las manifestaciones de Elías Bendodo llamando pirómana a la directora general de Protección Civil por haber acusado a los presidentes de Galicia, Castilla y León y Extremadura, los tres del PP, de "pedir cosas imposibles" para "no tener que hablar de su propia gestión" a la hora de actuar frente a los incendios. El calificativo usado contra Virginia Barcones por el vicesecretario general de política autonómica y municipal del Partido Popular estaba perfectamente pensado y escogido, a la espera del momento adecuado para ser lanzado y conseguir así calentar los ánimos de la ciudadanía más aún de lo que ya están.
Cansa mucho ya la instrumentalización política que siempre hace el PP de las desgracias, en este caso sobre todo la desvergüenza y el desahogo de sus responsables autonómicos, pero también desespera a su vez la falta de contundencia de los socialistas. ¿Qué ha llevado a Pedro Sánchez a cogérsela con papel de fumar una vez más y no declarar el estado de alarma apenas tuvo constancia de la indolencia con la actuaban ciertas autonomías? ¿Por qué no lo hizo? Si sabes que la derecha ultra y la ultraderecha van a salir en tromba contra ti hagas lo que hagas, ¿por qué no haces desde el minuto uno lo que tienes que hacer? Hay que ser resolutivo y punto ¿A qué viene a estas alturas reclamar un pacto de Estado cuando ya conoces la respuesta de antemano, cuando sabes que lo único que las derechas tienen en mente es desalojarte de la Moncloa cuanto antes ya sea por lo civil, por lo mediático o por lo judicial?
Cuesta admitir que en un momento tan dramático como el vivido durante los incendios de este mes de agosto hayan primado los cálculos políticos por encima de la necesidad de actuar con la mayor firmeza cuanto antes. Volví a escuchar, esta vez en boca de Marlaska, el “si necesitan más ayuda que la pidan” y no me lo podía creer. ¿De nuevo la pesadilla de la dana valenciana y con los mismos protagonistas, el mismo guion, la misma triste comedia?
En el caso de los pavorosos incendios de este agosto conviene dejar bien clarito que muchas de las políticas de recorte en medios forestales y planes de prevención son cosa de los gobiernos autonómicos del PP: contratos precarios para los retenes de incendios, falta de planificación a largo plazo, ausencia de una política integral frente al cambio climático… Un horror! Si hay que repetirlo hasta la saciedad, se hace, porque ellos no van a dejar de intentar confundir con su infecta y machacona propaganda.
Lo que hemos vivido estás últimas semanas no es nuevo pero sí más obsceno que otras veces, porque mientras brigadas de bomberos se jugaban la vida, mientras cientos de familias eran evacuadas, desde las filas populares se dedicaban a aprovechar la tragedia para atacar, para desgastar, para ver si las cenizas les procuraban rentabilidad política. Eligieron declarar y hacerse fotos en vez de actuar, se ensañaron con discursos incendiarios en lugar de cooperar. No ha habido coordinación real, ni propuestas constructivas, solo un espectáculo de declaraciones que rayaban lo pornográfico. No debe haber margen para el cálculo cuando un país está ardiendo, se trata de actuar y de hacerlo rápido porque, cuando el fuego, llega el monte no puede esperar.
Se nos han quemado cerca de medio millón de hectáreas y los políticos que elegimos para que gestionaran nuestro día a día se dedican a usar nuestras desgracias para soltar un disparate tras otro en una atmósfera cada vez más irrespirable. Con el Congreso cerrado por vacaciones, los peperos continúan insultando a pie de incendio con la tediosa inquina de siempre mientras las llamas han ido quemando nuestros bosques y las pocas esperanzas que nos van quedando de que quienes conforman el mayor partido de la oposición recuperen algún día la cordura.
Si los políticos que nos representan son los que nos merecemos, algo desde luego hemos hecho pero que muy mal. Porque estos días se ha demostrado que quienes los elegimos hemos actuado frente a la desgracia con mayor sentido de la responsabilidad del que lo están haciendo ellos. Insisto: cuesta entender que los responsables del gobierno se hayan limitado a aplicar la legislación vigente dejando actuar a unas autonomías cuyos gobernantes ya sabemos que, en el mejor de los casos, son unos inútiles. Porque, desde la dana de Valencia, el PP ha dejado ya claro que no se cortará en absoluto a la hora de utilizar las catástrofes naturales para hacer política basura.
El exabrupto de Bendodo llamando “pirómana” a la directora general de Protección Civil, así como el de la portavoz Ester Muñoz calificándola de “activista” y negándole su condición de técnico en emergencias son solo un escalón más en la estrategia de crispación del PP. Esté donde esté el laboratorio de ideas donde se produce tanta insensatez, la crispación veraniega por la que han apostado Núñez Feijóo y su cohorte de lugartenientes desnortados –y desnortadas- no augura nada bueno para el septiembre que ya llega. Ojalá me equivoque.
J.T.
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