lunes, 24 de marzo de 2025

La política, más patio de vecinos que nunca



Gabriel Rufián llamando miserable al posconvergente Isidre Gavín por responsabilizar a Esquerra de las incidencias en Rodalies, Miguel Tellado plantando cara a la presidencia del Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo vituperando a Félix Bolaños por haberse cambiado de móvil, Elías Bendodo comparando el Tribunal Constitucional con un túnel de lavado, los gamberros de Vox en su línea de siempre… Mira que cada semana procuro partir de cero, hacer borrón y cuenta nueva cuando me dispongo a seguir la actividad parlamentaria, pero es inútil. 


Con la que está cayendo en el mundo y aquí siempre con el cuchillo entre los dientes, leña al mono. El todavía llamado Gobierno de coalición jugando con fuego y votando distinto en una elocuente moción sobre el plan de rearme europeo que incluía la salida de España de la OTAN, Junts sumando sus votos a los de Vox y el PP para impedir la creación de la Agencia Estatal de Salud al tiempo que los diputados populares cuyos escaños están situados tras el de la ministra de Sanidad le sueltan un jódete, que no has conseguido sacar adelante tu chiringuito…


Nos perdemos en nuestras miserias y no abrimos el foco con la que está cayendo. En lo que respecta a Europa, mejor que Núñez Feijóo y los suyos no lo abran para no hacer más el ridículo. José María Aznar, la mano que mece la cuna, sigue moviéndose en la sombra, ahora allende los Pirineos, para dificultar las cosas más todavía. El autor de “quien pueda hacer que haga”, frase canalla donde las haya, podría, como también podría Felipe González, poner sus conocimientos al servicio de una mejor convivencia, de una coexistencia más sosegada en la política española. Pero no les da la gana, prefieren tenernos a todos en un sin vivir que invita a la ciudadanía a abominar de la política para siempre, al tiempo que dejan el campo bien regadito para que germine y crezca la simiente ultra. Los dos viejos dinosaurios creen que así acabarán consiguiendo el sueño húmedo que comparten desde hace tanto: que el PP y el PSOE se decidan a pilotar la nave juntos y se dejen de historias.


Escucho a Pedro Sánchez pidiendo que no se hable de rearme sino de “mejorar nuestra seguridad” y no puedo evitar recordar al Felipe de 1986 que nos amenazó con dimitir si los resultados del referéndum le impedían que España continuara en la OTAN. El actual presidente, de momento, solo pide que cuidemos los términos a la hora de hablar de guerra pero por algo se empieza, recordemos que para González, en cierto momento, lo de la Alianza era “De entrada, no”. 


No creo que el actual presidente le hiciera muchos asquitos a pactar asuntos con los populares sobre todo si hay armas por medio pero el problema del PP, más que Mazón y Díaz Ayuso juntos, es su líder, uno de los mejores ejemplos de la veracidad del principio de Peter (ya saben: cualquier incompetente puede ser ascendido hasta ocupar un cargo para el que no está preparado). En la moción contra la OTAN que el BNG promovió el otro día en el Congreso, los de Sumar se encontraron entre la espada y la pared y no tuvieron más remedio que votar contra sus amados socios socialistas para que no se les vieran las costuras más de lo que ya se les están viendo, pero no hay problema: más pronto que tarde serán fagocitados. Sobre todo la desconsolada y solitaria Mónica García a quien, ojo al dato, no sería tan extraño verla como futura candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid con Más Madrid o sin él, pero bajo el manto del PSOE.


Seguirán armando el mecano haya o no presupuestos. Si leemos entre líneas las recientes declaraciones de María Jesús Montero, tan ambiguas como elocuentes, es fácil deducir que no los habrá, por mucho que la ministra de Hacienda insista en que el Ejecutivo peleará “hasta el último balón”. Pesan ya las casi cincuenta votaciones perdidas en lo que va de legislatura y nadie olvida algunas leyes clave sacadas adelante de rebote, como ocurrió con la reforma laboral.


Queda por ver ahora cómo se resuelve el contencioso entre los socios de gobierno por la tributación o no del salario mínimo. El Ministerio de Hacienda quiere vetar la propuesta de ley de Sumar que busca que quien cobre el SMI siga sin pagar el IRPF y Yolanda Díaz asegura que “levantará ese veto”. Tendría gracia que Sumar y PP acabaran votando juntos.


J.T.


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