domingo, 23 de enero de 2022

Los fachas que me perturban


Me cuesta asimilarlo, pero los fachas que me perturban nacieron y crecieron en el mismo país que yo, escuchando la misma música, viendo las mismas películas en el cine y las mismas series de televisión en la única cadena que existía; estudiaron con los mismos libros de texto, leyeron los mismos tebeos, nuestras rutinas infantiles y adolescentes fueron muy parecidas… ¿qué ha podido ocurrir entonces para que nos veamos ahora los unos a los otros tan extraños y tan lejanos? 

Cada día que transcurre percibo una atmósfera más hostil, noto que estoy más rodeado por una manera de pensar y de entender la vida que nada tiene que ver con lo que soñé, amé y aspiré durante mis ya muchas décadas gastadas. Mi mundo no es el que era, o el que yo creía que era, y todo se ha desbaratado sin que acierte a fechar el momento en que empezó esta deriva totalitaria y enemiga de la libertad, sí, “libertad”, ese término que se empeñan en ultrajar cada vez que lo pronuncian.  

Este país de cabreados insultándose a diario los unos a los otros no tiene nada que ver con aquel por el que yo peleé; estos políticos cada vez más analfabetos y chillones no pueden ser los que nos merecemos, estos periodistas instalados en el bulo y en la mayor de las desvergüenzas no tienen nada que ver, aunque sean los mismos, con la manera en que recuerdo a mis compañeros de trabajo durante tantos años. Y en cuanto a los más jóvenes… no acabo de entender muy bien de dónde han salido, que libros han leído, quiénes les han dado clase en los institutos y en las universidades, qué les ha llevado a convertirse en frentistas provocadores.  

¿Qué nos ha pasado? Te lo preguntas y al mismo tiempo descubres que no puedes perder demasiado tiempo en análisis y debates: cuando estás viendo que te van a robar la cartera no te puedes poner a ordenar los billetes y las tarjetas. Pongamos que hablo de Madrid: ¿Por qué hay en los partidos madrileños de izquierdas un vacío y una ausencia de liderazgo tan grande desde hace ya tantos años? ¿Por qué personajes como Ayuso disponen de tanta cancha, por qué se les deja tanto espacio a pesar de su triste gestión y a pesar también de sus alianzas con los ultras, alianzas que suponen la lesión de derechos humanos fundamentales?  

Los fachas que me perturban parecen reproducirse por esporas. Otra pandemia más a combatir y con cuya vacuna parece que no acertamos. VOX es sinónimo de peligro máximo y ahí andamos, viendo desde el burladero como amenazan, insultan e intimidan dejándolos hacer en nombre de unos usos democráticos en los que ellos no creen y con los que acabarían sin pestañear el mismo día en que tuvieran el poder para hacerlo.  

Sé que hay bastante gente que piensa lo mismo que yo, que comparten diagnóstico y lo expresarían aún mejor pero están callados, no escriben sobre ello, no hablan, no se significan. Algunos juegan a equiparar una izquierda democrática como Unidas Podemos con una ultraderecha totalitaria como Vox. ¿Nos hemos vuelto locos, o qué? A los fachas que me perturban les sobran los inmigrantes, los menas, los gays, son negacionistas, patriotas de pacotilla, frentistas, violentos… ¿cómo puede alguien atreverse ni en broma a comparar estas ideas con las que defiende UP?  

No paran de intentar contaminarnos con el imaginario fascista sin darse cuenta de que somos muchos aquellos que, remedando el principio de Arquímedes, si nos sumergen en un ambiente ultra y totalitario, nos ayudan a experimentar un empuje hacia la izquierda que viene a ser equivalente al peso de la doctrina reaccionaria que desalojamos.  

En el calendario de elecciones que tenemos a la vista durante los dos próximos años, estos fachas que me perturban tienen muchas papeletas para seguir inquietándome aún más. La amenaza es gorda y continuamos paralizados ¿A qué esperamos para espabilar de una vez? 

J.T.

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