domingo, 9 de junio de 2013

Objetivo: Criminalizar la PAH


El premio que el Parlamento Europeo ha decidido otorgar a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) no es un asunto menor. Salvo que haya gato encerrado, con esta decisión la Eurocámara 

- Ha respaldado la lucha de un movimiento ciudadano que ha sabido organizarse para parar desahucios. 
- Se ha solidarizado con el sufrimiento de miles de familias víctimas de la avaricia de los bancos. 
- Ha dotado de autoridad moral las protestas y las propuestas de una organización que consiguió casi un millón y medio de firmas que permitieron llevar al congreso una ILP (Iniciativa Legislativa Popular) para modificar la ley hipotecaria. Iniciativa que el pp se pasó directamente por el forro. 
- Ha bendecido de alguna manera los "escraches", las acciones que hicieron famosa a la plataforma y la dotaron de visibilidad y repercusión mediática. 
- Y ha puesto literalmente de los nervios al pp. 

Gran rasgada de vestiduras la que se han marcado. Al tan olvidado como bien retribuido Carlos Iturgaiz le ha faltado tiempo para salir de las catacumbas y poner el grito en el cielo. "Anatema, anatema, vade retro, que estos son como los nazis, que lo ha dicho mi jefa Cospedal". Pero ¿cómo a unos activistas -se pregunta el reaparecido Iturgauiz- a la que mi querida Esperanza Aguirre ha calificado de energúmenos y violentos acosadores, unos agitadores que mi compañera Cifuentes ha vinculado con grupos filoetarras, podemos tratarlos aquí en Estrasburgo como si fueran héroes? A este paso se acaba premiando a Batasuna.

Criminaliza, que algo queda. 

Esa es la nauseabunda táctica de los peperos: los funcionarios no quieren trabajar, los parados son unos tramposos que se escaquean, los estudiantes unos gandules, los jubilados unos aprovechados que no hacen más que gastar en medicinas y cobrar jugosas pensiones... Todos criminalizados: los niños por no estudiar religión y sus padres por no obligarlos, los jóvenes por no irse de aquí, lo extranjeros por querer quedarse y además tener seguridad social, los gays por casarse, las mujeres por abortar... 

Todos criminalizados. Todos sospechosos. Todos malas personas que nos negamos a entrar en vereda. No han encontrado mejor manera de huir hacia adelante que criminalizarnos a todos. Pero por mucho que se empeñen, por mucho que se blinden tomando al asalto el Tribunal Constitucional como acaban de hacer, por mucho que eludan dar la cara, por mucho que intenten dar la vuelta a las cosas, ellos saben que cada vez engañan a menos gente. 

Porque la política del pp sí que es criminalizable. Más que política, es cada vez más una larguísima lista de fechorías: 

- Un año y medio atentado contra los derechos humanos 
- Un año y medio sin cumplir uno solo de sus compromisos electorales 
- Un año y medio gestionando de tal modo que el número de pobres sube en la misma medida en que aumenta la seguridad de los ricos 
- Un año y medio humillándonos, regañándonos, desalentádonos, puteándonos... Salvo que, como decía al comienzo, haya gato encerrado (no hay que olvidar que el premio viene de la misma Europa que nos tiene pillaos por los güebos), el premio del Parlamento Europeo a la PAH es un alentador síntoma de cómo gota a gota, tacita a tacita, la puesta en escena de nuestra indignación cala, rebasa las fronteras y va dotando de autoridad moral, entidad y visibilidad la protestas que tienen lugar en nuestro país. 

No es extraño que el premio Ciudadano Europeo a la PAH haya puesto de los nervios al pp. Porque este galardón, según reza textualmente en las bases, Estrasburgo lo concede "a personas u organizaciones excepcionales que luchan por los valores europeos, promueven la integración entre ciudadanos y los Estados miembros o facilitan la cooperación transnacional en el seno de la Unión, así como a los que día a día tratan de promover los valores de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE". 

De aquí a octubre, que es cuando se entrega el premio, seguro que los peperos van a intentar hacer todo lo posible por boicotear la concesión. ¿Lo conseguirán?

J.T.

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