lunes, 28 de abril de 2025

Al Papa llorando y con el mazo dando





Vestido de luto y con dos enormes crespones negros en las banderas que tenía a sus espaldas. Esa fue la perfomance elegida por Pedro Sánchez para dar a conocer el pasado martes su decisión de gastarse diez mil millones de euros más en seguridad y defensa… solo este año. Vestía de luto por el Papa muerto apenas veinticuatro horas antes, por un jefe de Estado que siempre insistió en el diálogo para conseguir la paz y pedía sin cesar que dejara de aumentar el gasto en armamento militar. 


Al Papa llorando y con el mazo dando. Esta frase podría ser un buen resumen de la manera que tiene de andar por la vida el presidente de un Gobierno todavía llamado de coalición. Adaptarse a las circunstancias según viene el viento. Si hay que llorar al jefe de la iglesia católica se lellora, por mucho que seamos un estado aconfesional; si hay que sacarse un pastón de la chistera para rendir pleitesía a la OTAN y al loco del despacho oval, pues se hace. Y además lo haremos, dijo, “sin subir impuestos, sin incurrir en mayor déficit público y sin restar ni un solo céntimo a la inversión en servicios sociales que conforman el Estado de Bienestar” ¡Alé, hop!


Creo que tardaré tiempo en olvidar la angustia que me produjo una comparecencia donde se nos trató como tontos. O sea, ¿que tenían ahí unos ahorrillos guardados y había llegado el momento de gastarlos, es eso lo que nos estaba queriendo decir? ¿Que ese manido dos por ciento del PIB al que se preveía llegar el 2009 en gasto militar se adelanta cuatro años de golpe y no pasa nada? ¡Qué barbaridad, qué arte para sacarse conejos de la chistera! Vale, cuele que con esos “ahorros” tapáis el agujero que según vosotros dejaron pendiente Rajoy y sus muchachos y así os quitáis el aliento de Rutte y Trump en el cogote. De acuerdo, ya hemos conseguido gastarnos 33.000 millones de euros al año en belicismos varios, estupendo, pero… a partir de ahora ¿de dónde va a salir cada ejercicio anual esa cantidad indecente de pasta? 


Vamos ver, por mucho que seamos de letras, algunos todavía sabemos sumar y las cuentas no nos salen. Si este año faltaban 10.000 millones, eso quiere decir que el que viene volverán a faltar. Si ya nos hemos gastado los ahorros, ¿me quieren decir de dónde va a salir la próxima vez? No hace falta ser muy imaginativo para concluir que no tardará en llegar el llanto y rechinar de dientes: No solo no crecerán partidas que llevan años pidiendo su incremento a gritos, como la dependencia o el alquiler social, sino que continuará la cuesta abajo en el mundo de la sanidad, la educación, las pensiones y las prestaciones sociales en general. El dinero para la transición energética o a la lucha contra la despoblación en el medio rural ya va a disminuir este mismo año. Por ahí va el futuro que nos espera, tras la tétrica puesta en escena de la comparecencia de Sánchez el pasado martes que, mire usted por dónde, pudo ser toda una alegoría. 


Yo creo que esta vez el presidente del Gobierno sabe que no ha conseguido engañarnos. Ya no hay manera de disimular el cada vez mayor tufo derechista del ejecutivo. “Esto ha venido para quedarse”, admitió hace pocos días en una entrevista Carlos Cuerpo, un ministro de Economía que gusta a muchos acólitos del PP. No es que no se atrevan a estar en contra de la guerra, es que no tienen ningún interés en hacerlo por mucho que sepan, como bien saben, que la industria de la guerra no solo fabrica armas sino también enemigos y miedos, un excelente caldo de cultivo para el crecimiento de la ultraderecha. 


“No es que nosotros hayamos cambiado, es que el mundo lo ha hecho”, se defiende Sánchez, y puede que lleve razón: no han cambiado porque siempre fueron igual de derechas, entorno ideológico en el que destaca la pleitesía a la iglesia católica, la financiación eterna de la enseñanza en los colegios donde imparten su doctrina, el dinero que se transfiere cada año a la Conferencia Episcopal, las prebendas a esta institución en materia impositiva… Así las cosas, qué menos que vestirse de luto cuando se muere el jefe, claro. Tremenda ironía la coincidencia de fechas que propició la puesta en escena donde se anunció el desastre que se avecina. Por mucho que se empeñen en negarlo.


J.T.






 

lunes, 21 de abril de 2025

Reflexiones sobre el futuro de la izquierda



Por si hay alguien que aún piense lo contrario, les voy a contar un secreto: Sumar ya no existe, si es que alguna vez existió. Ellos mismos se han hecho el harakiri actuando como adminículo del PSOE en decisiones políticas de intenso perfume derechista como el apoyo tanto al envío de armamento español a Ucrania como al incremento del gasto militar, por no hablar del recorte a los parados mayores de 52 años o de los incentivos las personas que se jubilen después de los 72. 


No creo equivocarme si aventuro que Pedro Sánchez les ha perdido a sus todavía socios de Sumar el poco respeto que pudiera tenerles porque no han actuado como contrapeso en el Gobierno de coalición sino como complemento. Al presidente le va la marcha y la sumisión le motiva menos que aquel “ruido” del que tanto de quejaba, ¿recuerdan? Creo que empieza a entender que intentar destruir a Podemos no fue una buena idea, y puede que hasta esté echando de menos sus discrepancias cuando gobernaron juntos. Eran “cabezones”, que diría María Jesús Montero, pero tenían ideas propias, iniciativas legislativas, firmeza a la hora de negociar… Sánchez se resistía, pero acababa poniendo en marcha leyes que en principio no le gustaban y de las que ahora presume como si hubiera sido mérito suyo proponerlas. 


Y no, fue Podemos quien las propuso, el mismo Podemos que él quiso matar con la ayuda de Yolanda Díaz y compañía y que cada día que pasa goza de mejor salud. Creo que, al margen del partido que lidera Ione Belarra, el único que ha intuido hasta ahora que la vuelta de Podemos es inevitable es Pedro Sánchez. La izquierda no puede consistir en un puzzle descafeinado de partidos, sino que ha de sustentarse en ideas firmes cuya prioridad sea apostar por la paz, mejorar la vida de la ciudadanía y disfrutar de una convivencia sin crispaciones. Aún así, en el PSOE no parecen entender todavía que su ruina (esperemos que no sea la de todos) empezó el día en que no solo se puso de perfil sino que estimuló a quienes se propusieron triturar a Podemos.


No es bueno tener miedo y mucho menos jugar con él, el vótame porque si no llegará el fascismo ya no cuela, por mucho que el riesgo exista; hablar de unidad en la izquierda cuando los mismos que la defienden llevan media vida destrozándose entre ellos tampoco parece que sea el camino. Eso parecen haberlo visto claro ya algunos socios de Sumar como Compromís, por ejemplo, que cada amanecer niegan pertenecer a la coalición y muy probablemente vuelvan a presentarse solos a las elecciones, idea que comparte también buena parte de Más Madrid ¿Y qué me dicen de los Comunes, que ni siquiera le han dejado a Yolanda organizarse en Catalunya? ¿O de Izquierda Unida, oxímoron donde los haya, que continúa sin saber qué demonios hacer con su vida?


Se les fue a todos la mano intentando demonizar a Podemos y no saben cómo recular. Los vituperaron, amenazaron, denostaron, jugaron a dividirlos, se pusieron de perfil cuando los jueces los empapelaron, los dejaron solos frente alos políticos de la ultraderecha y la ferocidad de sus medios… y ahora que han descubierto que los necesitan, la manera como han empezado a tirarle los tejos no puede decirse que esté siendo precisamente elegante. Quienes apuestan por repetir la jugada del 23J lo tienen complicado. Nunca hay que pedir perdón por ser de izquierdas y en estos momentos, con la que tienen montada los intolerantes en medio mundo, menos todavía.


Pero claro, ¿cómo hacerle ver ahora a los medios afines que no se puede atacar a Podemos por sistema? En sus redacciones ya se han acostumbrado a titular contra ellos, justo cuando alguna izquierda empieza a ver claro que sin Podemos no hay futuro. Todavía tardarán en asumir que no conseguirán someterlos, pero el discurso político lo tienen ellos y habrá de ser en torno a ellos como se articule el verdadero relato de la izquierda. 


La elección de Irene Montero como cabeza de lista para las próximas elecciones generales es un paso en esa dirección que abre un camino lento pero firme. Los partidos a la izquierda del PSOE lo saben y los socialistas también. Por eso, cuando hay quien todavía titula, desde un periodismo presuntamente progresista, que Podemos “dinamita” la relación con todos sus aliados naturales y pone en peligro el techo de gasto para 2026” se está equivocando. Porque la versión correcta es que “tras constatar su fracaso, quienes hicieron todo lo posible por enviar Podemos al infierno exigen ahora su ayuda de manera incondicional”.


Tardarán en entenderlo, pero el destino natural de Sumar es disolverse. No importa: si no lo deciden los cuatro gatos que son, la inercia acabará haciendo su trabajo. Por defecto, nunca mejor dicho.

 

J.T.






lunes, 14 de abril de 2025

Tras el regreso de Cintora a Tve





No me encuentro entre quienes sintonizarán en tve “La familia de la tele”, el programa en el que aparecerá parte del elenco del desaparecido “Sálvame” de Telecinco, pero entiendo que los gestores de la radiotelevisión pública lo quieran recuperar. Como entiendo que rescaten a profesionales como Jesús Cintora, Javier Ruiz o Andreu Buenafuente aunque haya quien no quiera verlos ni en pintura, como celebro que en Catalunya se ponga en marcha un canal en catalán… 


Si alguna razón para existir tiene la televisión pública, esa ha de ser reflejar lo distintos que somos quienes la pagamos. Quienes la pagamos, no los políticos cuyo sueño húmedo es convertirla en un juguete propagandístico a su servicio. Durante el tiempo que Pedro Sánchez lleva en la Moncloa, tres presidentas y un presidente de rtve se han estrellado intentando sin éxito contentar a los políticos olvidándose de los espectadores (eso que en lenguaje técnico se llama audiencia). Fracasaron entre otras cosas porque olvidaron una regla de oro: se haga como se haga, los políticos nunca estarán contentos con la programación, los que están en el poder siempre pensarán que se habla poco de su libro y a los de la oposición todo les parecerá indiscutible manipulación a favor del poder.


El equipo que tomó posesión hace cinco meses parece que intenta acabar con esa eterna maldición que pesa sobre rtve. Van lentos, pero algo parece que se empieza a notar, no debe ser tarea fácil quitarle al monstruo la caspa de tantos años ni sortear zancadillas y presiones de quienes aspiran a que las cosas sigan estando como estaban, o empeoren si es posible. El regreso de Jesús Cintora, nos guste más o nos guste menos lo que hace, tiene un punto simbólico porque repara una injusticia: como la escasez de audiencia no podía ser una excusa, quien lo echó de “Las cosas claras” y cerró el programa lo hizo argumentando que perjudicaba el prestigio de la compañía, la misma compañía que acaba de recuperarlo, ¿alguien entiende algo? 


Cintora no hace ahora nada distinto a lo que viene haciendo desde que comenzó con “Las mañana de Cuatro” en Mediaset hace más de diez años. Pero a juzgar por según qué reacciones, lo parece. Voces escucho en el Psoe acojonadas porque el tono les parece pelín agresivo, como si tuvieran miedo a que los populares y los fascistas de Vox se cabrearan más de la cuenta. Acostumbrados a cogérsela con papel de fumar, el aire fresco les asusta también a ellos, aunque el presentador de “Malas lenguas” se apresure a precisar, cuando Pablo Iglesias calificó de corrupto a García Ferreras, que esa era una opinión de Iglesias y no de su programa.


Los intolerantes fascistas y sus cada vez más largos tentáculos han conseguido instalar en la atmósfera social un cierto miedo a llamar a las cosas por su nombre. Sus portadas y sus voceros radiofónicos y televisivos se despachan a gusto mañana, tarde y noche desde hace siete años pero llaman corrupto a Ferreras y hay que puntualizar no vaya a ser que alguien vuelva a desenfundar. No se puede tener tanta cautela frente a quien no la tiene. El objetivo ha de ser poder llamar a las cosas por su nombre sin que nadie se rasgue las vestiduras ni tampoco te aplaudan. El otro día, Silvia Intxaurrondo calificó de genocidio lo que ocurre en Gaza y fue felicitada en plató por Irene Montero. Tampoco hace falta. 


Como no hacen falta Consejos de informativos que le hagan el caldo gordo a la derecha abriendo una investigación por la emisión del documental “7291” para  saber, dicen, por qué se hizo una programación especial con una producción ajena y por qué "se centra sólo en la Comunidad de Madrid y en un periodo determinado". Pero vamos a ver, queridos “guardianes” de la ortodoxia, ¿nos hemos vuelto todos locos? Si yo fuera la dirección de rtve, haría un especial como 7291 cada mes, que motivos y temas no faltan. Capacidad operativa, tampoco. Con colectivos como el Consejo de Informativos dentro de la casa, ¿para qué se necesitan enemigos en el Parlamento como el representante de Vox, quien por cierto, no puede hacer más el ridículo cada vez que interpela a José Pablo López?


Como, hagan lo que hagan, intentarán buscarles la ruina, por eso me parece bien que los gestores de la tele pública se esfuercen en intentar cambiarle aunque sea solo un poquito la cara a la Corporación. Les queda por delante faena por un tubo, urgente e importante. Entiendo que establecer prioridades a la hora de ofrecer una programación plural es complicado pero los informativos, por ejemplo, no pueden esperar más. A ver si un día de estos nos llevamos una agradable sorpresa. Y si es así, a ver si dura que ya saben, como nos recuerda el dicho, lo poco que suele durar la alegría en la casa del pobre.


J.T.



lunes, 7 de abril de 2025

Escalofríos en la cárcel Modelo de Barcelona





Aunque lleva siete años clausurada, y en parte ha sido recuperada como espacio para la memoria, cuando entras en la cárcel Modelo de Barcelona no puedes evitar cierto escalofrío al franquear ahora sus rejas gigantes y visitar las galerías cuyas celdas desocupadas te invitan a pensar cómo debían sentirse aquí los centenares de presos políticos que pasaron en ellas sus últimos días de vida antes de ser fusilados al acabar la guerra civil.


Pasaron los años y entre estos barrotes continuaron encarcelando presos políticos durante toda la dictadura: Dos de ellos que aún viven, Domènec Martínez y Carles Vallejo nos contaron sus experiencias el otro día y nos explicaron en la galería número cuatro la exposición “Generaciones TOP; Resistir. Protestar. Conquistar” La muestra está dedicada a aquellas personas que sufrieron la represión del Tribunal de Orden Público (hoy Audiencia Nacional) entre 1963 y 1977, y cuenta cómo era la vida allí de los presos cuya amnistía exigió durante casi dos años un activista religioso llamado Lluís Xirinacs permaneciendo doce horas cada día a las puertas de la cárcel. La sala donde fue ejecutado Salvador Puig Antich en 1974 pone los pelos de punta apenas entras en ella, y cuando piensas que la memoria de todo esto es lo que quieren borrar no solo los fascistas de Vox sino buena parte del PP y de otros partidos de cuyo nombre no quiero acordarme, es cuando te convences de que siempre será poco todo lo que se haga para que la memoria de tanta tropelía se mantenga lo más viva posible.


Poca gente conoce, por ejemplo, lo que pasó en el Camp de la Bota entre 1939 y 1953. Junto al mar, en el límite entre los municipios de Sant Adrià de Besós y Barcelona, 1618 personas fueron ejecutadas allí a cuentagotas, trasladadas madrugada tras madrugada en camiones desde la cárcel Modelo. Este recorrido lo hicimos hace unos días durante la primera etapa de “La Retirada”, la “Desbandá” catalana. Si desde hace nueve años, cada mes de febrero unas doscientas personas homenajean a los miles de asesinados por las tropas fascistas en la carretera Málaga-Almería y hacen a pie el mismo recorrido durante diez días, las entidades memorialistas de Catalunya han decidido recordar de manera parecida lo que sucedió en su tierra cuando estaba a punto de acabar la guerra civil. Ya van por la tercera edición. Asesorados por la Asociación Cultural La Desbandá, que pone a su disposición la experiencia adquirida en Andalucía, se organizan trayectos desde Barcelona ciudad hasta llegar al sur de Francia, a Argelès-sur-Mer, donde quienes lograron escapar de las tropas franquistas creyeron estar a salvo hasta que llegaron los nazis y convirtieron la playa en un campo de concentración. 


La caminata-homenaje de “La Retirada” ha transcurrido este tercer año por Mataró, Camprodón, algunos de los pasos fronterizos por donde pasaron a Francia miembros del gobierno republicano o Colliure, en cuyo cementerio se encuentra la tumba de Antonio Machado. Solo este último lugar es algo conocido, pero en la mayoría de las poblaciones por donde pasamos se mantienen los silencios que desembocaron en la vergonzosa ignorancia que las actuales generaciones tienen del espanto que vivieron, hace menos de noventa años, centenares de miles de personas cuyo único delito fue rebelarse frente a la intolerancia, resistir, protestar… 


Esa alarmante ignorancia es la que está desembocando en el resurgir de la ultraderecha en nuestros días, la que está amenazando cada vez más la convivencia ciudadana. Cuando salíamos de la Modelo camino del Camp de la Bota, algunos componentes de “La Retirada” nos cruzamos con jóvenes quinceañeros que nos preguntaron de dónde veníamos. No tenían ni idea de lo que había significado la cárcel Modelo durante el franquismo, del Camp de la Bota no habían oído ni hablar y, por supuesto, los nombres de Xirinachs o Puig Antich no les sonaban en absoluto ¿En el instituto no estudiáis estas cosas?, les preguntamos. Ahora estamos estudiando Roma, nos contestaron, ¿y qué conocéis de la Antigua Roma? No supieron decirnos ni los nombres de Cicerón o Julio César, de nadie. 


Casi más espantados que con la experiencia de haber visitado la cárcel Modelo, continuamos nuestro camino convencidos de que el trabajo que hay por delante para arreglar este desaguisado es enorme. Da igual, pensamos, nosotros seguiremos haciendo lo que nos toca. Este artículo pretende modestamente ser parte de lo que me toca a mí. Como proclama el lema de la exposición “Generaciones TOP” resistamos, protestemos, conquistemos.


J.T.