Eso sí, en la convocatoria que nos envió el hospital se precisaba que "el paciente y su familia han decidido comparecer en este mismo y único acto público puesto que han solicitado que, una vez se produzca el alta hospitalaria, se respete su derecho a la intimidad y vida privada".
Retransmitida en directo, la comparecencia de Rafael contaba con todos los componentes de intriga, emoción y final feliz que son siempre los aderezos de un buen melodrama.
Rafael era consciente de la expectación que despertaba su aparición en público y ha aprovechado la ocasión, además de para dar las gracias a la familia del donante y al equipo médico, promocionar este tipo de trasplantes y animar a quienes puedan encontrarse en situaciones parecidas a la suya.
Una vez hecho esto, reclama respeto a su privacidad y el derecho a volver sin interferencias a su día a día de siempre.
Si lo consigue, si lo respetamos, habremos hecho hoy un buen trabajo informativo y a partir de aquí habremos demostrado que sabemos dónde están los límites.
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La foto de Rafael con una de las enfermeras que lo ha estado cuidando durante los tres últimos meses es de mi amigo Eduardo Abad
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J.T.
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Esta entrada se publicó por primera vez en "Las carga el diablo" el 4 de mayo de 2010
J.T.
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